6.7.11

Urge concretar las “Ilusiones Compartidas”. Manel Garcia Biel

nuevatribuna.es | Manel Garcia Biel | Actualizado 05 Julio 2011 - 23:35 h.

Sin duda el Manifiesto hecho público hace unos días por un grupo de intelectuales y artistas, “Una Ilusión Compartida”, es un hecho importante y esperanzador. No sólo por los firmantes, que también, sino por el contenido del propio manifiesto.

El manifiesto pone, negro sobre blanco, un hecho que una gran parte de la sociedad, de las gentes de izquierda piensa en su interior. Es necesaria una nueva fuerza que nos represente en el ámbito del estado. Y no nos sirven como referente ninguna de las dos fuerzas, una mayoritaria y otra minoritaria que hasta el presente lo han pretendido. Una, el PSOE, porque su práctica política, por decirlo claramente sus políticas económicas y laborales de derechas, la han alejado de forma irreversible del espacio de la izquierda. La otra IU, porque a pesar de contar con algunas de las voces más lúcidas de la izquierda como es el caso de su portavoz parlamentario, Gaspar Llamazares, ha demostrado que es incapaz de superar sus capillas y sus comportamientos sectarios, que es una fuerza, especialmente en su estructura organizativa más anclada en el pasado que en el futuro.

El manifiesto llama a recuperar la ilusión y el orgullo de las gentes de izquierda, malbaratado por algunos de sus políticos. Hay una gran parte de la ciudadanía de izquierdas que está indignada, irritada y descontenta de la marcha de las cosas. De que la crisis se esté saldando con más injusticia social, con más desigualdad y con recortes y ataques continuados a lo público y a los derechos sociales. Las luchas sindicales y sociales han sido hasta ahora las formas de canalizar el descontento. Pero es evidente que es imprescindible una respuesta política y desde la política, que canalice toda esta energía y la vehicule políticamente.

Es evidente que la izquierda no está muerta ni dormida. Cada día surgen iniciativas políticas de carácter general y territorial que demuestran que hay alguna cosa que quiere surgir y cambiar el actual espectro político.

Es necesaria la confluencia de todas las corrientes partidarias de la regeneración de la política, que debe pasar por acabar con el actual bipartidismo excluyente que siempre gobierna al servicio de los poderosos. Así lo han demostrado todos los gobiernos de la era democrática. En mayor o menor medida, y salvo contadas excepciones su legislación ha favorecido de forma clara a los intereses de las clases dominantes.

Hasta el presente ha sido el movimiento sindical, con todas las deficiencias y las críticas que se le quiera hacer, la última, y casi única, defensa e instrumento que ha permitido defender los intereses de las clases trabajadoras. Ahora el movimiento sindical, la izquierda social, realmente existente, sin duda vivero de las ideas de izquierda, está en el punto de mira de la derecha, al ser el único movimiento sólido y estructurado de izquierdas en el ámbito del conjunto del estado.

Pero la izquierda social, que también bulle en los movimientos sociales menos estructurados, precisa de forma urgente de una expresión potente y clara en el ámbito político. Sin supeditaciones de unos a otros, con plena autonomía e independencia, pero como dos claras expresiones de la izquierda, una social y otra política.

Como dice el manifiesto, origen de este artículo es necesaria “la regeneración democrática, la dignificación de las condiciones laborales, la defensa de los servicios públicos y el desarrollo de una economía sostenible, comprometida con el respeto ecológico y al servicio de las personas”. Y es evidente que para conseguir estos objetivos es necesaria una renovación política a la izquierda.

Es necesaria más política, hay que reivindicar el valor de la política, pero de otra política que se base en “el orgullo de su honradez, su legitimidad y su transparencia”. Pero para ello es preciso otra forma de hacer política a partir de nuevas formas participación política y de la confluencia y la suma de todos aquellos que compartan la ilusión de los ideales solidarios de la izquierda democrática y social.

Afortunadamente existe tejido social que se siente y se reivindica de la izquierda. Es precisa una amplia convocatoria que permita que confluyan las diversas sensibilidades de la izquierda y la ecología, con ánimo de construir, de sumar, no de controlar ni de dirigir.

Para hacer frente a la injusticia hemos de recuperar la ilusión y necesitamos de todos y especialmente de aquellos que existen y que se encuentran entre nuestros capitales. Es necesaria una gran coalición, un amplio espectro rojo- verde que articule movimientos de ámbito estatal con otros de ámbitos autonómicos. Todos en defensa de otra política, de una política republicana, federal, de izquierdas y ecologista.

Es preciso que nuestros mejores políticos hagan un esfuerzo y tengan una gran dosis de generosidad, de la que muchos son capaces. Hay muchos grupos y movimientos que pueden participar, desde los mismos promotores del manifiesto con Luis García Montero y Almudena Grandes a la cabeza, con la IU Abierta de Gaspar Llamazares y su propuesta de “Frente Amplio”, con EQUO y Juantxo López de Uralde, Inés Sabanés o Joaquín Nieto, con la gente de ICV, con gente como Joan Saura que tanto saben de buscar aliados y de crear una izquierda moderna, y sus amigos de otras partes del estado, con gente y personas como Antonio Gutiérrez que ha sabido mantenerse en una difícil coherencia personal, etc. Estos y otros muchos con ganas, más o menos conocidos. Son gente que conocen y saben lo que les une y como deben hacerlo para crear lo que nos hace falta. Sin duda, si lo intentan, tendrán el apoyo y sostén de mucha gente y de una gran parte del movimiento sindical de este país.

¡Necesitamos ya la concreción que haga posible “Una Ilusión Compartida”! ¡¡ No defrauden a las gentes de izquierdas!! ¡¡Han de ponerse ya a trabajar!! La Derecha está presta a gobernar y no nos perdonaremos que no haya una alternativa que dé ilusión, moral y coraje a los ciudadanos a los que les late el corazón político en la izquierda.

10.1.11

La estrategía jurídica ante la reforma laboral. Francisco Gualda

El diario digital Nueva tribuna entrevista a FRANCISCO GUALDA
Director del Gabinete de Estudios Jurídicos de CCOO
“La Reforma Laboral no acaba con la publicación en el BOE”

Los sindicatos se movilizan en todos los frentes. La ofensiva es muy seria y, en este caso, CCOO ha puesto en marcha la poderosa maquinaria de sus servicios jurídicos y ha convocado en estos días a la “inteligencia jurídica” para debatir sobre los aspectos de la Reforma Laboral y elaborar una estrategia de actuación también desde la óptica jurídica.


nueva tribuna 28.11.2010
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La expectación y la respuesta ha estado a la altura de la situación y han participado en las jornadas celebradas en Madrid, los pasados días 25 y 26 de noviembre, más de 850 juristas y expertos laborales. La organización la ha llevado a cabo la Fundación 1º de Mayo y el Gabinete de Estudios Jurídicos de CCOO cuyo director, Francico Gualda, es una persona clave en el conjunto de los servicios jurídicos del sindicato. Los prestigiosos abogados laboralistas de CCOO ya están en marcha.

P. ¿Cuál es el objetivo de estas jornadas?

R. Las jornadas han servido para efectuar un análisis jurídico de los principales efectos de la reforma laboral llevada a cabo por la Ley 35/2010. Nos hemos centrado en los tres temas que suponen los aspectos centrales de la reforma: el alcance de la flexibilización en los mecanismos de extinción del contrato de trabajo, que nos ha de servir para evidenciar hasta donde se la lesionado el derecho a la estabilidad en el empleo; las novedades en materia de contratación e intermediación laboral, y como afecta a la eficacia de la negociación colectiva sectorial, ante los nuevos mecanismos de modificación y descuelgue para intentar privar de efectos generales a los convenios sectoriales.

P. Resulta impresionante la capacidad de convocatoria. Los abogados laboralistas y los servicios jurídicos de CCOO siempre han demostrado su fortaleza.

R. Hemos recibido más de 750 inscripciones previas, y otras muchas se han realizado en el mismo acto, lo que ha representado una participación de más de 850 asistentes. Estos provienen, en una parte considerable, del conjunto de los servicios jurídicos de CCOO y también de las estructuras sindicales que más activamente intervienen en la negociación colectiva y en los expedientes de regulación de empleo. También se han inscrito un importante número de profesores del ámbito de Derecho del Trabajo de la mayor parte de las universidades. También hemos contado con la participación de otros profesionales de las relaciones laborales, consultores, Inspección de Trabajo, así como un destacado número de integrantes de los Juzgados y Tribunales de lo Social.

El Gabinete de Estudios Jurídicos de CCOO organiza regularmente dos jornadas de estudio al año, con sedes en Madrid y Albacete, respectivamente, y ya vamos por la 38 edición, y son un referente en el panorama nacional del Derecho del Trabajo. Esta convocatoria ha generado enormes expectativas, precisamente por la trascendencia de la reforma y la necesidad de reforzar la intervención del sindicato en el nuevo escenario que se nos presenta.

P. ¿Existe margen de debate jurídico en la interpretación de la reforma?

R. Realmente la reforma laboral no acaba con la publicación en el BOE del texto legal, sino que somos conscientes de que deja espacios para que operen diversas opciones interpretativas en los temas esenciales. En última instancia, será la doctrina judicial mayoritaria y la posición definitiva del Tribunal Supremo, y en su caso el Tribunal Constitucional, los que tengan que determinar los efectos prácticos que la nueva regulación tiene para los trabajadores. Es aquí donde resulta decisivo poner las bases para que la aplicación de las normas sea lo menos lesiva posible de los derechos laborales, individuales y colectivos.

P. ¿Se ha elaborado una estrategia ante la Reforma Laboral?

R. La respuesta desde las organizaciones sindicales a la reforma laboral ha sido, esencialmente, la respuesta sindical a través de la movilización y el conflicto. Pero igualmente se ha abordado una estrategia jurídica, que tiene como objetivo último que entre las diversas opciones que plantea la nueva regulación, se rechacen las que suponen una mayor degradación de los derechos laborales. Ello exige un análisis de los problemas que plantea la reforma, pero también la articulación de una respuesta que haga valer los principios consagrados en nuestro sistema constitucional así como en la legislación comunitaria.

La causalidad del despido, el derecho de libertad sindical, la tutela judicial efectiva, la eficacia de la negociación colectiva, y la legitimidad en la aplicación de los recursos públicos, son principios jurídicos que necesariamente tienen que influir a la hora de integrar la nueva regulación, y que tienen la capacidad de rechazar determinadas conclusiones que son incompatibles con nuestro modelo de relaciones laborales.

Para ello hemos elaborado un documento de análisis a partir de las jornadas de trabajo que hemos mantenido con el conjunto de los servicios jurídicos así como las estructuras de acción sindical de los que dispone de CC.OO. en todos los territorios y sectores, y que representan más de 600 especialistas. Queremos que las conclusiones se trasladen a la defensa de los trabajadores mediante la acción de los servicios jurídicos de CC.OO. y la intervención sindical en los conflictos laborales.

P. ¿Se han empezado a notar ya los efectos de la aplicación de la Reforma?

R. Claro que la reforma ya tiene efectos pues está en vigor desde mediados del mes de junio pasado. Pero valorar los efectos exige un doble análisis: los supuestos efectos positivos en los que se ha querido justificar brillan por su ausencia, pues en nada a contribuido a reducir el desempleo, ni ha potenciado la contratación indefinida, ni ha facilitado la adaptación de las empresas. Pero sabemos que estamos en una fase en la que se están fijando las posiciones estratégicas de las empresas, de la mano de las grandes consultoras, para trasladar la reforma a la práctica en términos de mayor flexibilidad y fortalecimiento del poder empresarial.

P. ¿Qué aspectos destacas como más negativos?

R. Ahora estamos en el debate de la aplicación de la reforma laboral y queremos intervenir en el mismo desde el principio y de forma sistemática y coordinada, para atajar las lecturas que convierten el despido por causas objetivas en un mero acto de gestión empresarial. También tenemos el reto de reconducir el despido expres, al que la reforma laboral le da nuevas funcionalidades, y nos obliga a erradicar las interpretaciones que lo consideran exento de cualquier control judicial, así como susceptible de subvención por el Fogasa. Por otra parte, la reforma diluye la capacidad de ordenación de las condiciones de trabajo de los convenios sectoriales, que es la única base de los derechos laborales para la inmensa mayoría de los trabajadores. Esta cuestión, curiosamente ya ha sido advertida por numerosas organizaciones patronales, que son proclives a reforzar la causalidad del acuerdo de descuelgue por considerarlo, en muchas ocasiones, una mera vía de dumping social, que no sólo perjudica a los trabajadores afectados, sino a los sectores económicos más competitivos.

P. ¿Existe plena garantía constitucional de todos los aspectos de la Reforma?

R. De forma resumida, desde el Gabinete de Estudios Jurídicos de CC.OO. hemos puesto en evidencia al menos los siguientes aspectos de la reforma laboral que son incompatibles con el modelo de relaciones laborales que garantiza nuestra Constitución: la ordenación del despido por causas técnicas, organizativas o productivas, que lo convierte en instrumento ordinario de gestión de personal en lugar de la última medida ante las dificultades de la empresa. Hemos hecho una interpretación sistemática de las causas de despido que sea compatible con que la extinción se produzca por un motivo suficientemente justificado, y nunca por la mera discrecionalidad empresarial lo que impide la propia doctrina del Tribunal Constitucional y el Convenio 158 de la OIT.

También nos parece que la posibilidad de que el despido improcedente pueda ser objeto de subvención por el Fogasa es contrario a la Constitución, lo mismo que la supresión de las garantías jurídicas y sindicales ante el despido objetivo, que impide al trabajador su defensa al no conocer las causas del despido, e impide la intervención sindical ante la reestructuración de la empresa al no darse traslado del cese a los representantes sindicales.

Por otra parte, entendmos que la lesión de los derechos fundamentales no puede sustituirse por una compensación económica, que es lo que entiende la reforma laboral. Igualmente, la flexibilización completa del descuelgue del convenio sectorial, lesiona la garantía constitucional de la negociación colectiva y su carácter vinculante.

Y lo mismo sucede con la facultad reconocida expresamente al empresario de dejar de aplicar los propios acuerdos de empresa, máxime cuando se puede justificar en razones de simple mejora del excedente o del beneficio.

Por ello nos interesa poner en evidencia una aplicación de la reforma conforme a la Constitución. Muchas de estas cuestiones se han planteado en estas jornadas de estudio, y el contraste de opiniones nos ha permitido ver que se han incorporado al actual debate jurídico, siendo compartidas desde amplios sectores de la universidad y la judicatura.